"Esta sangre que ha sido derramada de forma injusta traerá el fin del régimen saudí", ha afirmado Nasrolá en un discurso televisado emitido este domingo, al advertir de que no se puede “tomar a la ligera” este “asesinato”.
Esta sangre que ha sido derramada de forma injusta traerá el fin del régimen saudí", ha afirmado el secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, en un discurso televisado emitido este domingo.
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Tras recordar que el sheij Al-Nimr nunca abogó por la división de Arabia Saudí, el máximo dirigente del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ha enfatizado que esta ejecución mostró la “cara takfirí” del régimen de Riad.
"En esa tierra y en ese reino (Arabia Saudí) están prohibidas las críticas, la disidencia y el debate", ha denunciado Nasrolá para después agregar que el régimen de Al Saud “mata a quienquiera que hable en su contra”.
¿No es hora de decirle al mundo que el régimen de los Al Saud financia a grupos terroristas? ¿No es hora de expulsar a un régimen que viola los Derechos Humanos?", se pregunta Nasrolá.
Además, ha denunciado que esta ejecución muestra que el régimen saudí no hace ningún caso a la opinión pública en el mundo islámico y tiene como objetivo sembrar la discordia entre los chiíes y suníes.
Por otra parte, ha acusado a las autoridades saudíes de apoyar a los grupos terroristas como EIIL (Daesh, en árabe) y tener las manos manchadas de todas las sangres derramadas en el mundo islámico.
"¿No es hora de decirle al mundo que el régimen de los Al Saud financia a grupos terroristas? ¿No es hora de expulsar a un régimen que viola los Derechos Humanos?", se ha preguntado.
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí informó el sábado de la ejecución del sheij Al-Nimr y otras 46 personas bajo supuestos cargos de desobediencia a la casa real gobernante, incitación a la lucha sectaria y terrorismo.
Al-Nimr, el mayor crítico del régimen monárquico Al Saud en la minoría chií del país, fue arrestado en 2012, después de que la Policía saudí le disparara en la región de Qatif, en la provincia Oriental, donde se celebraban protestas pacíficas y fue condenado a la pena capital el 15 de octubre de 2014.
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