La reacción a este comunicado, que apunta a una futura intervención para impulsar los precios, fue inmediata. El barril de crudo de referencia en Estados Unidos pasó de cambiarse a 43,6 dólares al inicio de la sesión a los 49,3 dólares. Una escalada de casi seis dólares en solo unas horas (5,3 euros).
El último boletín publicado por el grupo de países productores de petróleo admite que la presión en los precios le preocupa, como al resto de actores del mercado, y por eso estarían dispuestos a dar pasos hacia un acuerdo para estabilizarlos.
“La OPEP protegerá sus propios intereses”, advirtió. A las posibles negociaciones se le suman las primeras evidencias de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de que la producción se moderó ya en junio, con 9,3 millones de barriles diarios frente a los 9,4 millones de mayo.
El petróleo que se negocia en Nueva York (EE.UU.) inició la jornada a la baja, hasta 43,6 dólares el barril. Pero tras el comunicado el barril cambio de tendencia de golpe y siguió escalando en las horas sucesivas hasta cerrar en los 49,2 dólares, lo que representa un alza del 8,8%. El crudo que se negocia en Europa, el Brent, subió a 52,78 dólares (47 euros) en la jornada.
El próximo nivel de resistencia se ven en los 50 dólares el barril, a la vista de que el suministro sigue superando a la demanda y eso seguirá alimentando los inventarios. El bajo precio del petróleo, sin embargo, favorece a las compañías que se dedican a refinar la materia prima para producir gasolina. Warren Buffett acaba de anunciar que incrementa así su participación en Phillips 66.
Un eje Rusia-Venezuela
El precio del barril se paga ahora aproximadamente a la mitad de precio que hace un año, cuando rondaba los 100 dólares la unidad. A lo largo de la primavera logró recuperar los 60 dólares ante las expectativa de una incremento de la demanda. Pero los últimos datos sobre el estado de las reservas volvió a ejercer una fuerte presión durante todo el mes de julio y agosto, y eso dio rienda suelta a la especulación mientras se cuestionaba el vigor de la economía en China.
Fruto de esta preocupación creciente, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está abierto también a discutir con de Venezuela, Nicolás Maduro, la posibilidad de dar pasos para marcar un suelo al precio de la energía, fuente principal de recursos de ambos países. Ambos dirigentes coincidirán esta semana en Pekín (capital china) para participar en el desfile militar por los 70 años desde el fin de las Segunda Guerra Mundial en Asia.
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