“Mi valoración, hoy por hoy, es que la mayor amenaza a nuestra seguridad nacional la plantea Rusia”, dijo Dunford el jueves ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense.
Mi valoración, hoy por hoy, es que la mayor amenaza a nuestra seguridad nacional la plantea Rusia, dijo ayer jueves el general Joseph Dunford, propuesto para presidir el Estado Mayor Conjunto estadounidense.
La amenaza potencialmente “existencial” que supone Rusia para Estados Unidos, en opinión del actual comandante del Cuerpo de Infantería de Marina del Pentágono, es mayor que la de la banda terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
De estas consideraciones deduce Dunford que es razonable enviar armamento pesado a Ucrania para defender el país del este de Europa de una presunta “agresión” de Rusia, cuyo comportamiento calificó de “alarmante”.
Aun así, el general estadounidense recalcó en su intervención la importancia de mantener una comunicación fluida entre los Ejércitos de Estados Unidos y de Rusia “para atenuar el riesgo de errores de cálculo”.
Dunford comparecía tras ser propuesto por el presidente de EE.UU., Barack Obama, para convertirse en el 19º presidente del EMC y, por tanto, en el militar estadounidense de mayor rango. Se espera que su nombramiento sea ratificado “con facilidad”, informa el diario local The Washington Post.
La apreciación que hace Dunford de Rusia como la mayor amenaza para Washington coincide con lo expresado en varias ocasiones el año pasado por el presidente saliente del EMC, el general Martin Dempsey.
El miércoles, la secretaria de la Fuerza Aérea estadounidense, Deborah James, manifestó también la misma idea, a lo que el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, reaccionó denunciando la creación de “un ambiente artificial de antagonismo”.
Las relaciones entre el bloque occidental y Rusia atraviesan su peor momento del período posterior a la Guerra Fría (1947-1991), desde la adhesión —reintegración, a juicio de Moscú— de Crimea a Rusia en marzo del año pasado.
La crisis se inició con el colapso de negociaciones para la asociación de Ucrania a la Unión Europea (UE) bajo el presidente Víktor Yanukóvich y su posterior derrocamiento con la participación de responsables políticos occidentales.
Washington acusa a Rusia de desestabilizar Ucrania apoyando a fuerzas independentistas sublevadas en el este rusohablante del país, acusación que el Kremlin ha rechazado con rotundidad en todo momento.
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