Según un informe de la agencia oficial norcoreana de noticias KCNA, durante una reunión de científicos y técnicos involucrados en esta operación, Kim Jong-un, ha considerado que se trata de “un evento histórico” que realizó Pyongyang con una potente arma estratégica.
La sesión se llevó a cabo después de que Corea del Norte anunciara el pasado 9 de mayo el lanzamiento de un misil balístico, con la finalidad de acabar con cualquier fuerza hostil que infrinja su soberanía.
Sin embargo, algunos occidentales han cuestionado la autenticidad de las fotos difundidas después del ensayo, lo cual según KCNA era una iniciativa del líder norcoreano.
Este país asiático está bajo sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por el lanzamiento de cohetes considerados por Occidente como misiles balísticos para transportar ojivas nucleares.
No es la primera vez que el país norcoreano recurre al lanzamiento de misiles: el pasado 13 de marzo la agencia surcoreana de noticias Yonhap informó de que Corea del Norte había disparado siete misiles de tipo tierra-aire hacia el mar del este.

Pyongyang justifica sus numerosas pruebas de misiles, rechazadas en reiteradas ocasiones por los EE. UU. y Corea del Sur, de ser un intento para impulsar las capacidades de defensa frente a las amenazas de los enemigos.
La operación mencionada tiene lugar un día después de que Pyongyang advirtiera que su Ejército estaba dispuesto a abrir fuego sin avisar contra 17 patrullas rápidas surcoreanas que penetraron en aguas territoriales de su país durante la primera semana de mayo.
La península coreana ha estado envuelta en una escalada retórica militar desde la guerra de Corea que duró de 1950 a 1953, periodo a partir del cual ningún acuerdo de paz ha sido firmado, de ahí que las dos Coreas permanezcan técnicamente en guerra.
La frontera marítima entre ambas Coreas ha sido escenario de enfrentamientos breves, pero violentos en 1999, 2002 y 2009. En octubre de 2014, patrullas de los dos países intercambiaron disparos de advertencia.
Además, marines de Corea del Sur y Estados Unidos mantienen estrechas cooperaciones y lazos bilaterales, de manera que han celebrado varias maniobras militares conjuntas, además de que Washington tiene desplegados, de manera permanente, cerca de 30.000 militares en el territorio surcoreano.
No obstante, Pyongyang siempre ha pedido a Corea del Sur y Estados Unidos que cancelen sus maniobras conjuntas, que desde su punto de vista son un “ensayo de invasión” y amenazan la integridad territorial de Pyongyang, reiterando que su Ejército responderá a cualquier forma de guerra.
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