Según informa la agencia surcoreana Yonhap, la Audiencia de Ki-jong fue celebrada el viernes. Antes de entrar a la sala del tribunal, el agresor señaló a los periodistas que no tiene ninguna relación con Pyongyang.
Además, rechazó las declaraciones de la Policía de Corea del Sur sobre sus viajes al país vecino.
Las autoridades aseguraron la jornada de ayer investigar los posibles vínculos entre el sospechoso y Corea del Norte. “Por ahora no tenemos ninguna prueba pero intentamos determinar si ha violado la ley sobre seguridad nacional”, explicó el jefe de la Policía de Seúl.
Esta ley prohíbe toda promoción escrita u oral de la ideología de Corea del Norte y prevé hasta siete años de cárcel para los transgresores.
China expresó, por su parte, su disgusto por lo ocurrido al embajador estadounidense Mark Lippert, quien tuvo que recibir 80 puntos de sutura en la cara para cerrar la herida causada por el cuchillo que enarbolaba el autor del ataque.
“Sentimos el incidente. Creemos que la República de Corea gestionará el asunto apropiadamente”, dijo la portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hua Chunying, en una rueda de prensa.
El ataque sucedió cuando Lippert se dirigía a una reunión en el centro de Seúl, donde tenía planeado ofrecer un discurso.
De acuerdo con fuentes estatales, al momento de la detención, Kim gritó varias consignas en contra de los ejercicios militares que realizan de manera conjunta Corea del Sur y Estados Unidos desde principios de esta semana.
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