• Centro de detención Juw en Baréin
Publicada: viernes, 17 de abril de 2015 1:19

Los opositores bareiníes que se encuentran en prisión son objeto de torturas parecidas a las que aplica el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), ha denunciado uno de estos reos.

Las medidas que utilizan los mercenarios jordanos para torturar a los presos bareiníes son tan brutales como las que usan los miembros del grupo takfirí Daesh.

La fuente, que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad, asegura que los que practican las torturas en las cárceles bareiníes son fuerzas jordanas, de acuerdo con un informe, divulgado este jueves en la página Web ‘Meraat al-Baréin’

Este opositor bareiní, detenido en la cárcel ‘Yau’, ha afirmado que el 10 de marzo el régimen de Al Jalifa contrató a elementos jordanos para proteger este centro de detención y aplicar las torturas a los reclusos.

A su juicio, las medidas que utilizan los mercenarios jordanos para torturar a los presos bareiníes son tan brutales como las que usan los miembros del grupo takfirí Daesh.

La fuente, que ha hecho estas revelaciones a su familia, menciona que el prisionero que denuncia estos hechos ante el Comité de Quejas es sometido a más torturas por parte de los mercenarios extranjeros y añade que los presos no pueden rezar ni ir al servicio sin ser molestados por los guardias de la prisión.

Manifestación popular reprimida por las fuerzas de Al Jalifa

 

El régimen de Al Jalifa ha enviado a prisión a numerosos políticos, opositores y activistas pro derechos humanos por haber ejercido su derecho a la libertad de expresión o criticar a la monarquía.

Desde febrero de 2011, los bareiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía Al Jalifa para reclamar, entre otros derechos, el fin del “monopolio del poder”, y la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.

Los llamados de las organizaciones pro derechos humanos y la comunidad internacional al régimen de Manama para poner fin a sus medidas represivas contra su propia gente, todavía no han tenido efecto alguno.

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