Según los medios locales, los cohetes disparados por los combatientes tribales yemeníes han caído en una prisión saudí dejando también varios heridos.

El más reciente ataque ha ocurrido un día después de que otra ofensiva con mortero desde el territorio yemení contra Najrán provocó la muerte de tres soldados saudíes, además de dañar varios edificios estatales y bases militares.

Además, los testigos han informado de que cuatro puestos militares en el sur de Arabia Saudí están bajo control de las fuerzas tribales yemeníes desde el martes, cuando entraron en el territorio de su vecino agresor y tomaron zonas en Najrán y Jizán (también sur).
Por otra parte, los aviones de guerra saudíes han seguido este miércoles los bombardeos contra la provincia noroccidental yemení de Saada, matando a al menos siete civiles, entre ellos niños.
La provincia suroriental de Dhamar también ha sido objeto de ataques saudíes durante las últimas horas. Según los informes, unas doce personas han muerto en estas ofensivas dirigidas a una academia de policía.
Arabia Saudí no para de bombardear distintas partes de Yemen desde el pasado 26 de marzo y dirige un gran número de sus ofensivas contra las infraestructuras de su vecino sureño, con el fin de obstaculizar la llegada de ayuda humanitaria al país árabe más pobre del mundo.
Conforme a un recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que solo cuenta los fallecimientos y los heridos atendidos en hospitales, al menos 1244 personas han perdido la vida y 5044 han resultado heridas en Yemen desde que Arabia Saudí iniciara sus ataques.
Sin embargo, instituciones defensoras de los derechos humanos en Yemen elevan la cifra de las víctimas por los bombardeos a 3512 muertos y 6189 heridos, entre ellos 492 menores y 209 mujeres.
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