Los controles policiales discriminatorios siguen estando a la orden del día y deben ser abolidos”, lamenta AI.
El Gobierno de Berlín debe adoptar una “clara política” para combatir el racismo, ha pedido este sábado la secretaria general de la sección alemana de AI, Selmin Caliskan, antes del inicio de la conferencia anual de este organismo pro derechos humanos sobre delitos de odio, celebrada en Dresde, este de Alemania.
Caliskan ha afirmado que AI está documentando los delitos movidos por el odio que se cometen en el país europeo, de hecho, un equipo de esta Organización No Gubernamental (ONG) se encuentra en suelo alemán registrando violaciones de derechos humanos y agresiones racistas por parte de jueces y policías.
“Los controles policiales discriminatorios siguen estando a la orden del día y deben ser abolidos”, ha lamentado para luego reclamar la creación de centros interculturales encargados de educar a los policías y autoridades.
El informe que se hará público en 2016, además incluirá el escándalo sobre el asesinato de nueve inmigrantes, de mayoría turcos, a manos de una banda terrorista neonazi entre 2000 y 2006, ha agregado.
PEGIDA no es la causa, sino la consecuencia de un problema social, el del racismo”, señala la secretaria general de la sección alemana de AI.
Caliskan ha descartado que el racismo sea el mismo que el extremismo de los ultranacionalistas, de hecho, debe ser visto como un problema de toda la sociedad.
Además se ha referido al movimiento islamófobo PEGIDA. “Para mi, PEGIDA no es la causa, sino la consecuencia de un problema social, el del racismo”, ha señalado.
Unos 500 miembros del organismo han participado en la conferencia del racismo en Alemania, celebrada en Dresde, donde surgió a finales del año pasado el movimiento racista y xenófobo de PEGIDA, rechazado en varias ocasiones por los ciudadanos alemanes y de otros países europeos.

PEGIDA, que promueve el odio contra los musulmanes, convocó movilizaciones en diferentes ciudades de Alemania desde el pasado mes de octubre, varias de las cuales han sido contrarrestadas por los ciudadanos y organizaciones antirracistas.
Este movimiento se debilitó después de que su fundador y su principal líder, Lutz Bachmann, se viera obligado a dimitir el pasado 21 de enero, tras difundirse una foto suya en Facebook posando como Adolfo Hitler, lo que provocó la indignación pública.
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