• Nicolás Maduro (izda.), jefe de Gobierno de Venezuela, junto al expresidente brasileño Lula da Silva.
Publicada: viernes, 18 de marzo de 2016 2:47
Actualizada: viernes, 18 de marzo de 2016 4:27

El presidente de Venezuela ha expresado su apoyo a los líderes brasileños ante una campaña mediática orquestada por EE.UU. y sus aliados regionales para realizar un golpe de Estado en Brasil.

Venezuela condena el golpe de Estado anunciado y ejecutado por medios de comunicación y miembros del poder judicial. Muy peligroso que se pretenda estos caminos para arrebatarle lo que se han ganado en las calles”, ha dicho Nicolás Maduro en declaraciones transmitidas este jueves por la televisión estatal.

A su juicio, los ataques contra el expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, y la jefa de Estado actual, Dilma Rousseff, por su presunta implicación en el caso de corrupción de la empresa estatal Petrobras, son una ofensiva imperial, apoyada por la oposición.

Venezuela condena el golpe de Estado anunciado y ejecutado por medios de comunicación y miembros del poder judicial. Muy peligroso que se pretenda estos caminos para arrebatarle lo que se han ganado en las calles”, indica Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

“No se justifica tanto odio contra líderes que han dado todo por la libertad y soberanía de su país”, ha sostenido para luego llamar a los movimientos sociales a defender las verdades del continente.

En este sentido, el jefe de Gobierno venezolano destacó los esfuerzos y las luchas sociales de Lula y Dilma para la libertad del pueblo al tiempo que advirtió de las acciones golpistas de la derecha contra las fuerzas progresistas y revolucionarias de la región.  

Estamos en tiempo de golpe de Estado, así le quieren hacer a Evo (Morales, presidente de Bolivia), a Rafael (Correa, presidente ecuatoriano) y a mí en Venezuela”, afirma Maduro.

El miércoles, Rousseff nombró a Lula  como ministro de Casa Civil. La medida fue anulada este jueves por el magistrado, Itagiba Catta Preta Neto, del Tribunal Federal de Brasilia, por una demanda de los partidos de la oposición, que fundamentaron su petición en las causas abiertas por la justicia contra Lula en una vasta investigación sobre sobornos en torno a la petrolera estatal Petrobras.

La crisis se profundizó en el país suramericano luego de que el juez Sergio Moro, encargado de investigar sobre el caso de corrupción en Petrobras, liberara el miércoles un audio de una conversación entre Lula y Rousseff. Las grabaciones generan la sospecha de que la mandataria designó a Lula ministro para demorar el proceso judicial contra el expresidente.

Ante esta situación, la Abogacía General de la Unión (AGU), que representa y defiende al Estado en este caso ha apelado la decisión judicial para anular la designación de Lula y ha evaluado la decisión del magistrado, Itagiba Catta Preta Neto, como una violación de la separación de poderes ya que a su juicio, solo el jefe del Gobierno es capaz de nombrar y destituir a los ministros.

Rousseff ha calificado de ilegal dicha grabación y su divulgación y lo ha descrito como un golpe de Estado.

El exmandatario brasileño ha asumido este jueves el cargo en medio de protestas de grupos opositores.

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