Las consecuencias de las duras políticas de austeridad y una profunda sequía golpean las bases de un sistema educativo en este país que lucha por atender las necesidades de más de 400 mil alumnos.
No es un comienzo de año escolar más en Puerto Rico. El inicio del ciclo lectivo 2015-2016 trae aparejadas las consecuencias de las políticas de austeridad y recortes implementados por el Gobierno para hacer frente a la profunda crisis económica en que se haya sumergida la Isla.
Menos horas de clase, cierre de escuelas y un masivo reagrupamiento de cursos son parte de las nuevas medidas.
La crisis en el sistema educativo tampoco escapa a la emergencia ambiental que vive Puerto Rico debido a la dura sequía que obliga a más del 75 % de la población a padecer estrictos y prolongados racionamientos de agua.
El sistema educativo también enfrenta los reclamos por parte de proveedores privados que denuncian impagos de hasta 9 meses y amenazan con interrumpir sus servicios hasta que el Gobierno cancele sus abultadas deudas.
Carlos Rubén Rodríguez, San Juan.
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