“Mi posición se fundamenta en que no tenemos ninguna necesidad de cambiar nuestra política actual (de neutralidad)”, afirmó el sábado Niinistö, en declaraciones recogidas por la compañía estatal finlandesa de radio y televisión YLE.
Niinistö consideró el tema de la adhesión a la OTAN al menos tan grande como una decisión de unirse a la Unión Europea (UE) que fue tomada sólo después de un referéndum nacional. Asimismo reiteró que la cuestión del ingreso a la Alianza debe decidirse en un referéndum y tener el apoyo del pueblo.
Mi posición se fundamenta en que no tenemos ninguna necesidad de cambiar nuestra política actual (de neutralidad)”, afirmó el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö.
El presidente rechazó la idea de que la decisión de Finlandia dependa de Suecia, recalcando que el proceso de integración a la Alianza Atlántica es complicado y cada nación debe responder por sí misma.
Por otra parte, advirtió con respecto a Rusia que el país vecino considera a la OTAN como una amenaza a su seguridad. “Rusia no quiere permitir que esta amenaza se acerque a sus fronteras”, destacó.
Finlandia afrontará dura reacción de Rusia si se adhiere a la OTAN https://t.co/imgcvQ9fye pic.twitter.com/b5JchcbXAF
— HispanTV (@Hispantv) April 30, 2016
El 29 de abril, un informe elaborado por orden del primer ministro finlandés, Juha Sipila, aseguró que una hipotética adhesión de Finlandia a la OTAN perjudicaría de manera relevante las relaciones de Helsinki con la vecina Rusia, de la que formó parte en el pasado y que actualmente es un socio comercial muy importante, según publicó la cadena YLE.
El reporte señaló que la entrada de Finlandia a la Alianza provocaría "una reacción grave e incluso dura" de Moscú. "Especialmente durante la fase de transición", precisó.
El jueves, el canciller ruso, Serguei Lavrov, advirtió de que Moscú tomará “las medidas técnicas y militares necesarias” en caso de que la OTAN siga acercándose a sus fronteras. Alertó, además, sobre la posible adhesión de Suecia a la OTAN.
Finlandia comparte con Rusia una frontera de 1340 kilómetros y hasta ahora ha mantenido una postura militar neutral.
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