El despliegue de los aviones en la región, equipados únicamente con armamento aire-aire —es decir, para combate aéreo con otros aviones—, se basa en una decisión de Washington, a petición de Turquía, para “defender el espacio aéreo turco contra posibles incursiones" de aviones extranjeros.
Estos aviones se suman a los ya enviados anteriormente al país euroasiático como parte de la coalición liderada por Estados Unidos en nombre de la lucha contra EIIL (Daesh, en árabe).
La medida se produce después de que, en el pasado mes de octubre, dos aviones de guerra de Rusia se vieran obligados a violar el espacio aéreo de Turquía al ejecutar una maniobra antimisil en Siria, donde bombardean las posiciones terroristas.
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