“Probablemente, la alternativa conocida como “plan B”, planteada anteriormente por el secretario de Estado, John Kerry, incluye el envío de fuerzas terrestres a Siria, y desde luego no incluye a Rusia”, ha explicado este domingo Stavridis.
Probablemente, la alternativa conocida como “plan B”, planteada anteriormente por el secretario de Estado, John Kerry, incluye el envío de fuerzas terrestres a Siria, y desde luego no incluye a Rusia”, ha explicado este domingo Stavridis.
A continuación, ha detallado que esa intervención terrestre en Siria cuenta con diferentes fases y las primeras consisten en crear una zona de exclusión aérea y garantizar la seguridad de las tropas terrestres.
De acuerdo con Stavridis, excomandante Supremo Aliado de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), tal situación también permitiría “la organización de grupos opositores moderados”.
“Muy probablemente, este plan priorizará a Jordania y sus fuerzas terrestres; estoy seguro de que el presidente de EE.UU., Barack Obama, y el rey jordano, Abdolá II, han conversado al respecto”, ha agregado.
Según Stavridis, sin lugar a dudas será una campaña compleja y caótica, “esperamos poder poner a Rusia de nuestro lado, pero no estoy seguro de ello”, ha concluido.
El pasado martes el secretario de Estado de EE.UU. anunció que Washington tiene la opción de un “plan B” si fracasa el cese de las hostilidades y la nueva tregua acordada entre Rusia y Estados Unidos.
Al día siguiente, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores reaccionó de la siguiente forma: “Rusia no sabe nada de un ‘plan B’ del que habla Estados Unidos. Se realizó un intenso trabajo para (alcanzar) el acuerdo (sobre Siria) y es necesario invertir todos los esfuerzos en implementarlo”.
El jueves, el canciller ruso, Serguei Lavrov, rechazó las declaraciones del titular estadounidense y aseguró que no hay, ni habrá ningún “plan B” en el acuerdo de tregua en Siria.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Mijail Bogdanov, a su vez, expresó la misma jornada del jueves que “generan preocupación los anuncios de EE.UU. de que tienen un 'plan B'. No sabemos nada sobre el mismo”.
A primeras horas del sábado entró en vigor en Siria un alto el fuego anunciado por EE.UU. y Rusia, del que están excluidos los grupos considerados terroristas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre ellos el EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra, rama local de Al-Qaeda.
El Gobierno de Damasco confirmó el martes su aceptación del acuerdo de tregua con el fin de “detener el derramamiento de sangre de los sirios y restaurar la estabilidad”, al tiempo que aseveró que seguirá combatiendo al grupo terrorista EIIL y a Al-Qaeda.
Empero, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dejó en claro que su Ejército no está obligado a respetar la tregua “si hay una situación que amenace la seguridad de Turquía”, en alusión a los grupos de autodefensa kurdo-sirios.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha denunciado violaciones de dicha tregua desde el territorio turco y ha urgido a EE.UU. a dar explicaciones al respecto.
Siria sufre desde 2011 un conflicto armado que ha causado hasta el momento más de 270.000 muertes, mientras que 12 millones de sirios necesitan asistencia humanitaria inmediata, de acuerdo con las cifras divulgadas por el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
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