Según revela Eirik Vold, un especialista noruego de Wikileaks, 1502 documentos sobre Bolivia fechados de 2006 a 2009, obtenidos por la célebre página de filtraciones, reflejan varios casos de intromisión de Washington en los asuntos internos del país andino desde que Morales llegó al poder en 2006.
El tiempo pasado desde 2007 para acá demuestra que la acusación era falsa y es extraño, porque ese señor debe saber que lanzar una acusación así contra su propio país, a un Gobierno con una política hostil hacia Bolivia, conllevaría a un riesgo más grande de intromisión”, explicó Eirik Vold, un especialista noruego de Wikileaks.
En declaraciones ofrecidas el jueves en una conferencia titulada Bolivia en la mira: la información de Estados Unidos revelada por Wikileaks, Manning y Snowden, uno de los documentos saca a luz que EE. UU. estaba al tanto de un posible magnicidio contra Morales en el año 2008, e incluso de un golpe de Estado. Sin embargo, Washington no advirtió al Gobierno boliviano.
Los documentos indican también la dedicación de cuatro millones de dólares por la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) al movimiento autodeterminista de la región oriental de la Media Luna —Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando—.
El objetivo de esta ayuda financiera a dicha región —rica en hidrocarburos, que ocupa casi la mitad del territorio boliviano y se distingue de los departamentos andinos por su mayoría blanca y mestiza—, ha sido ayudar a las agrupaciones violentas a volar tuberías de gas para obligar al Gobierno a aceptar la separación de la zona, señalan los documentos.
Uno de estos señala que en 2007, el periodista liberal Carlos Valverde se puso en contacto con la embajada de Washington para alertar de que Evo Morales pretendía “dar un autogolpe, disolver el Parlamento y gobernar por decreto”.
“El tiempo pasado desde 2007 para acá demuestra que la acusación era falsa y es extraño, porque ese señor debe saber que lanzar una acusación así contra su propio país, a un Gobierno con una política hostil hacia Bolivia, conllevaría a un riesgo más grande de intromisión”, agrega Vold.
Por su parte, la ministra boliviana de Comunicación, Marianela Paco, ha manifestado que la prueba de la permanente intromisión de Estados Unidos en Bolivia se encuentra en los cables filtrados a Wikileaks, que contiene miles de documentos secretos del país del norte. “Queremos países libres”, ha recalcado la ministra.
Anteriormente, un libro sobre Wikileaks publicado en septiembre había revelado que EE. UU. evaluó la posibilidad de matar al presidente de Bolivia en 2008.
En julio de 2015, el fundador de la página, Julian Assange, anunció que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EE. UU. intercepta casi todas las comunicaciones de todo el continente latinoamericano.
Además, la asambleísta ecuatoriana María Augusta Calle, en declaraciones concedidas el pasado 3 de julio a la Radio del Sur, denunció que Estados Unidos ha destinado 2000 millones de dólares a la desestabilización de países de América Latina.
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