“Es mejor que el rey Salman dimita, tanto para el país como para él mismo. No podemos tener personas enfermas en la cúspide del liderazgo”, declaró el miércoles al diario británico The Times uno de los nietos de Abdulaziz Ibn Saud, el fundador del reino árabe.
Es mejor que el rey Salman dimita, tanto para el país como para él mismo. No podemos tener personas enfermas en la cúspide del liderazgo”, afirma uno de los nietos de Abdulaziz Ibn Saud, el fundador del reino árabe.
Destaca también el miembro de la dinastía reinante en sus declaraciones que el príncipe heredero adjunto saudí, Mohamad bin Salman, y el príncipe Mohamad bin Nayef bin Abdulaziz Al Saud, heredero directo al trono del país árabe, “tendrían que ser castigados y expulsados”.
El príncipe, cuyo nombre no ha sido revelado por razones de seguridad, ha escrito ya dos cartas en las que llama a las propias filas reales a la revuelta contra el rey y sus dos sucesores.
“No es un secreto que el grave problema mental que sufre el rey lo ha dejado totalmente sujeto al control de su hijo (Mohamad bin Salman)”, se lee en una de las cartas.
En esa misma misiva pide además a los 13 hijos de Ibn Saud que siguen en vida a instigar un golpe de Estado, afirmando que “tienen que apartar al incapaz rey Salman, al excesivamente arrogante y temerario príncipe Mohamad bin Nayef (y) al devastador de la patria, el príncipe Mohamad bin Salman”.
El citado rotativo ha obtenido una tercera carta emitida, por otro príncipe saudí, en la cual se indica que la mayoría de los hijos y nietos del fundador del reino árabe se alegran de que, por fin, “alguien haya tomado la iniciativa” para promover un golpe de Estado contra el rey Salman y sus sucesores.
Las tensiones han ido aumentando progresivamente en el seno de la monarquía árabe tras fallecer el anterior rey saudí y traspasarse el poder a personas próximas al nuevo monarca, en enero pasado.
Los mortíferos incidentes registrados durante el Hach de este año —la caída de una grúa en la Mezquita Al-Haram, en La Meca, y la estampida del pasado 24 de septiembre cerca de esta ciudad, en la que murieron miles de personas—, han suscitado dudas no ya acerca de estos problemas políticos, sino incluso sobre la capacidad saudí para gestionar el lugar más sagrado de los musulmanes.
Sobre este último punto, el asesor del ministro saudí de Educación Superior, Abdolá al-Maqrun, ha revelado que esos incidentes fueron provocados por disputas por el poder entre el príncipe adjunto, Mohamad bin Salman, y el heredero directo al trono del país árabe, Mohamad bin Nayef.
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