Según Al-Mayadeen, los emiratíes han establecido un centro de operaciones en el sur de Yemen que, además de controlar el despliegue de los soldados y diseñar planes de operaciones, hace uso de satélites franceses para recaudar información sobre el Ejército yemení y el movimiento popular Ansarolá.
Las informaciones recaudadas luego son enviadas al comando central de operaciones de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí en el Ministerio de Defensa del régimen saudí en Riad donde son usadas para desarrollar nuevos planes de ataque.
Por otra parte, los cazabombarderos saudíes llevaron a cabo el domingo ataques aéreos sobre la base militar Al-Anad en la provincia suroccidental de Lahij.

Las fuentes locales relataron que los bombardeos duraron una hora y eran de los más brutales ataques aéreos llevados a cabo por Riad desde el inició de la agresión a Yemen.
Las mismas fuentes hablaron de la posibilidad de que las fuerzas saudíes estén planeando una incursión por tierra para ocupar la estratégica base de Al-Anad.
A su vez, las fuerzas yemeníes han conseguido ocupar la base Al-Jalah en la región de Jizan, fronteriza con Arabia Saudí, y por primera vez se han quedado en una base militar saudí que han invadido.
Durante las operaciones para controlar Al-Jalah, las fuerzas yemeníes han abatido a varios soldados saudíes y han conseguido varias armas y tanques que las tropas saudíes tenían estacionados ahí.
Pese a unos cuatro meses de ataques aéreos contra Yemen, Arabia Saudí no ha alcanzado detener los avances de las fuerzas del Ejército yemení y los combatientes de Ansarolá y hasta ha perdido el control de algunas de sus bases militares.

No obstante, el régimen saudí, al ver que no puede conseguir sus objetivos, ha optado por destruir la infraestructura de Yemen, una de las naciones más pobres del planeta.
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