• El portavoz militar saudí, el general de brigada Ahmad al-Asiri.
Publicada: martes, 5 de mayo de 2015 0:46
Actualizada: martes, 5 de mayo de 2015 2:28

El régimen de Arabia Saudí ha reconocido este lunes haber utilizado bombas de racimo durante su ofensiva contra Yemen.

Arabia Saudí ha utilizado armas cluster en su guerra en Yemen contra vehículos armados y no en la ciudad

Arabia Saudí ha utilizado armas cluster en su guerra en Yemen contra vehículos armados y no en la ciudad", ha asegurado el portavoz militar saudí, el general de brigada Ahmad al-Asiri, en declaraciones a la CNN.

"Estas armas no son prohibidas. Si fueran prohibidas por qué Estados Unidos las vende a otros países", ha alegado el militar saudí.

Al criticar la fuente del Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) para obtener la información sobre el uso de bombas de racimo en Yemen, Al-Asiri ha precisado que estos datos provienen del movimiento popular yemení Ansarolá.

El pasado lunes, el HRW acusó al régimen de Al Saud de usar CBU-105, un tipo de bombas cluster, durante sus ataques aéreos contra el pueblo yemení.

 Una bomba de racimo no funcionada

 

No es la primera vez que Riad se enfrenta a esta acusación; la médica yemení Iman Abu Hadi aseguró que durante su estancia un hospital en Saná, capital yemení, vio a los heridos en estado desastroso, lo que supone que habían sufrido el impacto de armas prohibidas.

El 25 de abril, un experto militar estadounidense, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias yemení Lahjnews, reveló que Arabia Saudí empleó la bomba llamada MOAB, considerada el arma no nuclear más poderosa del mundo, en un ataque en el sur de la capital yemení, Saná.

El 26 de marzoArabia Saudí comenzó una ofensiva aérea contra Yemen sin el aval de las Naciones Unidas, pero con la luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al prófugo expresidente, Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.

Ciudadanos yemeníes cargan el cuerpo de una de las víctimas de la ofensiva saudí en la ciudad capitalina de Saná.

Las ofensivas de Arabia Saudí han dejado, según los grupos proderechos humanos, más de 9700 víctimas, entre muertos y heridos, incluidos mujeres y niños, además de contribuir al aumento de la amenaza regional que supone la red terrorista Al-Qaeda.

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