"Jamás pasaría por nuestras mentes meternos en algo que le cause daño a los jóvenes de Venezuela y del mundo (...) Sabemos de dónde viene esta pelea contra nosotros. Hoy sectores del imperialismo norteamericano reeditan una guerra sucia despiadada".
“Jamás pasaría por nuestras mentes meternos en algo que le cause daño a los jóvenes de Venezuela y del mundo (...) Sabemos de dónde viene esta pelea contra nosotros. Hoy sectores del imperialismo norteamericano reeditan una guerra sucia despiadada”, destacó el presidente de la AN de Venezuela.
Si la fiscalía tiene alguna prueba en su contra, añade, pues que la presenten. Y les dice a los difamadores que nos veremos en los tribunales.
Tras tachar los reportes de la fiscalía estadounidenses de “campaña nacional e internacional de la derecha”, el funcionario venezolano insistió en que dichas acusaciones buscan desestabilizar el país suramericano y desprestigiar la revolución socialista.
El lunes, el diario estadounidense The Wall Street Journal informó de que la fiscalía federal de EE.UU. investiga al presidente de la AN y a otros altos responsables venezolanos por casos de corrupción y narcotráfico.
Otras autoridades venezolanas investigadas serían: el hijo de Cabello, José David Cabello; el gobernador del estado norteño de Aragua, Tareck El Aissami; el jefe de la Guardia Nacional, Néstor Reverol y el exdirector de Inteligencia Militar Hugo Carvajal.
Esta campaña persecutoria de EE.UU en contra de Venezuela se entiende en el marco del decreto del presidente de EE.UU., Barack Obama, donde declaraba al Gobierno venezolano “una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos”, e imponía sanciones contra otros siete funcionarios del país sudamericano.
Ante este medida, tachada por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, de agresión a la soberanía nacional de su país y al pueblo venezolano, el Gobierno bolivariano lanzó una campaña de recolección de firmas exigiendo la derogación del decreto de Obama y las medidas unilaterales y violadoras del derecho internacional y los principios y propósitos de la carta de las Naciones Unidas.
A su vez, muchos países y diversos foros, como por ejemplo la Unión de Estados Suramericanos (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), manifestaron abiertamente su oposición a la orden ejecutiva de Obama contra Venezuela.
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