Según informes de este jueves de fuentes en las Unidades de Protección Popular (YPG) de kurdos de Siria, las fuerzas estadounidenses han entrado en el territorio sirio bajo el pretexto de organizar nuevas ofensivas contra el grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
Los soldados, detallan las fuentes, tendrán la misión de “planificar” operaciones antiterroristas contra las ciudades de Yarabulus y Al-Raqa, situadas en el norte de Siria y controladas por el EIIL.
De acuerdo con las declaraciones de Mustafa Abdi, activista kurdo en Kobani, a la agencia francesa de noticias AFP, “en las últimas horas” unos 50 instructores estadounidenses han entrado en Siria desde Turquía, cruzando el paso fronterizo de Murshid Binar.
Por otro lado, un informe de esta misma jornada de la televisión libanesa Al-Mayadeen, explica que unas 30 fuerzas han sido desplegadas en la ciudad de Kobani y el resto se ha enviado a la ciudad de Qamishli, otra ciudad turca en el noreste de Siria.
De igual manera, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), ha confirmado la noticia de la “llegada de más de 50 instructores estadounidenses al norte y noreste de Siria” en las provincias de Alepo (nortoste) y Al-Hasaka (noreste).
El OSDH indica que las fuerzas estadounidenses “deben reunirse en Kobani” para entrenar a las fuerzas árabes, cristianas y kurdas sirias.
Se trata de la primera vez desde el inicio de las operaciones militares de EE.UU. en el marco de la llamada coalición internacional anti-EIIL que las fuerzas de EE.UU. entran en el territorio sirio.
El pasado mes de octubre, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, desveló los planes de Washington para el envío de fuerzas especiales a Siria.
El pasado domingo, Brett McGurk, enviado especial del presidente de EE.UU., Barack Obama, para la coalición anti-EIIL informó de que los soldados llegarían “muy pronto” a la zona para cumplir con su tarea de “organizar” a las fuerzas locales en su lucha contra EIIL.
No obstante, expertos en asuntos de índole política aseguran que esta medida estadounidense responde a las operaciones militares de Rusia contra posiciones de EIIL en el territorio sirio, iniciadas el pasado 30 de septiembre y, al contrario de esta iniciativa estadounidense, bajo la petición oficial del presidente sirio, Bashar al-Asad.
Empero, las autoridades rusas han rechazado cualquier plan para el envío de tropas de combate a Siria, y afirman que sus operaciones se limitan a fuertes excursiones aéreas contras los terroristas y sus posiciones.
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