"Las fuerzas del Ejército sirio y combatientes de Hezbolá arrebataron al grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) el control de la carretera de Tamsah, el Valle de Al-Ahmar, el Valle de Al-Qadumi, Ras al-Kush y Badaye, ubicados en la zona de JreiYeer in las montañas de Al-Qalamun", ha informado este miércoles la cadena libanesa de noticias Almayadeen.
Las fuerzas del Ejército sirio y combatientes de Hezbolá arrebataron al grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) el control de la carretera de Tamsah, el Valle de Al-Ahmar, el Valle de Al-Qadumi, Ras al-Kush y Badaye, ubicados en la zona de Jreiyeer in las montañas de Al-Qalamun, Almayadeen.
Ha anunciado que los combates han provocado la muerte de 14 elementos extremistas del EIIL. La fuente no aporta detalles sobre las victimas de Hezbolá y del Ejército sirio.
Previo a estos operativos, unidades del Ejército sirio y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) mataron a varios cabecillas de la banda extremista, entre ellos, Abu Walid al-Saudí, en la parte oriental de las alturas de Arsal, fronterizo con Siria.

El lunes, el Ejército sirio y Hezbolá tomaron el paso de Al-Hamra- Al-Qusair, en la región de Al-Qalamun, causando enormes pérdidas en las filas de los terroristas del Frente Al-Nusra, afiliado a Al-Qaeda.
El pasado domingo, también, las fuerzas sirias y los combatientes de Hezbolá controlaron una serie de montañas en la misma región.
El pasado mes de mayo, las Fuerzas Armadas de Siria y los combatientes de Hezbolá lograron importantes avances en la zona fronteriza con El Líbano en la región de Al-Qalamun, al norte de Damasco (capital siria).
Por su parte, la agencia libanesa de noticias Alahed ha declarado en la misma jornada del miércoles que los movimientos de los grupos armados en Arsal se limitaron a una zona de 150 kilómetros cuadrados.
Actualmente, el Ejército libanés y los miembros de Hezbolá luchan contra los grupos terroristas del EIIL y el Frente Al-Nusra en la zona de Arsal.

Desde mediados de marzo de 2011, Siria lucha sola contra varias bandas armadas, que gozan del respaldo de países regionales y occidentales como Arabia Saudí, Turquía y EE.UU. Como resultado de esta batalla más de 215.000 personas, han muerto, indica el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
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