El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha afirmado este jueves que las declaraciones de la jefa del Gobierno alemán, que llamó el miércoles a entablar diálogos con el presidente de Siria, Bashar al-Asad, para acabar con la crisis de ese país árabe, reflejan una postura igual a la que mantiene desde hace años Putin sobre el futuro político sirio.
Eso corresponde a lo que ha dicho en reiteradas ocasiones el presidente Putin”, ha aseverado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a los periodistas.
“Eso corresponde a lo que dijo en reiteradas ocasiones el presidente Putin”, ha aseverado el funcionario ruso a los periodistas.
Peskov ha recordado que Moscú ha recalcado en más de una ocasión que “el futuro de Siria no puede ser determinado por un país tercero, sino por el propio pueblo sirio”.
De igual modo, ha remarcado que “es imposible” arreglar la situación y avanzar en un proceso de paz en el país árabe sin la participación del “presidente legítimo de la República Árabe Siria”.
Recientemente y tras el auge de la crisis migratoria, varios países occidentales y opuestos al presidente sirio —entre ellos, Francia, Estados Unidos y Turquía—, han dado un giro drástico a la postura de hostilidad que mantenían contra el presidente sirio.
Al ser preguntado por los informes sobre bombardeos contra posiciones del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria por cazas rusos, Peskov se ha negado a confirmar las noticias, y se ha limitado a decir que aún no se han tomado decisiones al respecto.
Recientemente Rusia ha decidido desempeñar un papel más activo en la situación en Siria, donde ha aumentado de manera significativa su presencia, y hasta ha comenzado a construir nuevas bases militares.
Desde marzo de 2011, Siria sufre una gran crisis provocada por grupos armados que reciben apoyo de distintos países, entre ellos Arabia Saudí, Turquía y EE.UU., con el objetivo de derrocar al Gobierno legítimo presidido por Bashar al-Asad.
De acuerdo con el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), la violencia ha dejado en Siria más de 240.000 muertos y ha provocado el desplazamiento de varios millones de personas.
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