• El presidente de EE.UU., Barack Obama, en un encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin
Publicada: sábado, 28 de marzo de 2015 8:31
Actualizada: martes, 26 de abril de 2016 3:05

Las tensiones entre Rusia y Occidente siguen aumentando por la postura de ambas partes acerca de la crisis en Ucrania.

Por un lado, EE.UU. ha impuesto nuevas sanciones contra Moscú mientras la Unión Europea (UE) aplazó hasta finales de 2015 las medias de presión. Por otro, Rusia ha recurrido a nuevas opciones en su política exterior para responder a las agresiones en su contra.

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos decidió recurrir a una nueva tanda de medidas de presión contra catorce individuos ucranianos y rusos, entre ellos varios exministros y exfuncionarios del Gobierno del expresidente ucraniano, Víctor Yanukóvich. En este mismo contexto, incluyó en su lista negra a dos instituciones rusas, una de ellas, el Banco Nacional de Comercio en la península de Crimea

Asimismo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó que los Veintiocho pretenden mantener las sanciones contra Moscú hasta que los acuerdos de paz, firmados el pasado 12 de febrero en la capital bielorrusa de Minsk, no “lleguen a realizarse plenamente”. Además, aseguró que el bloque europeo está dispuesto a adoptar nuevas sanciones, en caso de ser necesario.

En este artículo pretendemos realizar un análisis sobre la reacción de Rusia ante las presiones en su contra y sus consecuencias para Occidente, especialmente para el Gobierno de la Casa Blanca.

Lazos regionales

Ante las presiones, el Gobierno ruso recurrió a medidas de represalia y puso fin a su participación en el grupo de consulta del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, por considerarlo una plataforma de críticas contra su país. La Cancillería rusa subrayó que, durante los últimos años, Moscú ha trabajado para mantener la colaboración en el control armamentístico, pero ha puesto en duda la relevancia de los protocolos actuales. Además, Rusia había suspendido con anterioridad la aplicación de aspectos operativos del Tratado, durante la crisis de Osetia del Sur y Abjasia.

Asimismo y, en estas circunstancias, las autoridades de Rusia y Osetia del Sur suscribieron un tratado de alianza e integración, basado en que ambas partes se comprometen a aumentar su cooperación en materia de seguridad y militar.

En virtud de este convenio, que se logró pese a la fuerte oposición de Occidente, no solo Rusia aumentará su control en esa zona, sino que, de cierta forma, Moscú allanará el terreno para una alianza a largo plazo con Osetia del Sur. El convenio firmado por el presidente ruso, Vladímir Putin, con su homólogo suroseta, Leonid Tibílov, coincide con el primer aniversario de la firma de la anexión de la península de Crimea a Rusia.

Además guarda gran similitud con el firmado, en 2014, entre Rusia y la república separatista georgiana de Abjasia, es decir, al principio suscribieron un acuerdo de alianza y asociación estratégica que después dio paso al tratado de anexión de esa zona a Rusia. El acuerdo, también, se logró en un momento en el que los gobiernos occidentales habían aumentado sus presiones contra Moscú a raíz de la crisis en Ucrania.

Lazos extrarregionales

Además de la profundización de los vínculos con sus países vecinos, así como el aumento de los lazos económicos y políticos con Bielorrusia y Kazajistán, cuya prueba se encuentra en la propuesta del presidente Vladimir Putin de crear una unión monetaria con estos países, Rusia ha enfocado su política exterior mucho más que antes en el llamado “Patio Trasero” de EEUU, es decir, Latinoamérica.

Unos meses después de que el mandatario ruso realizara una gira por América Latina: Cuba, Argentina y Brasil, ahora su canciller, Serguéi Lavrov, llevó a cabo una visita que lo llevó nuevamente a Cuba, además de Colombia, Nicaragua y Guatemala. En esa visita, el titular ruso, además de rubricar acuerdos en campos como el político, económico y de cooperación, manifestó la esperanza de Moscú para estrechar su relación con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).

Esa cercanía entre Rusia y Latinoamérica se debe a un giro político que se produjo especialmente a partir del año 2002, en la región de América Latina, o sea con la llegada al poder de partidos izquierdistas: Lula Da silva, en Brasil; Tabaré Vásquez, en Uruguay; Néstor Kirchner, en Argentina; Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador; Daniel Ortega, en Nicaragua; y el más importante, el fortalecimiento de la posición de Hugo Chávez como líder de los izquierdistas en la región. Para todos ellos, el principal objetivo era luchar contra el imperialismo, lo que puso de relieve que el continente latinoamericano se estaba movilizando hacia un nuevo orden mundial que se empeña en reducir la influencia de los Estados Unidos y de las potencias hegemónicas en su región, así como la creación de un mundo multipolar.

Así que en base a ese nuevo giro político entre los gobiernos de esa región, nos percatamos que Rusia, para evitar las consecuencias de las políticas hegemónicas de Occidente, se ha orientado hacia América Latina, la cual, dado su inmenso potencial y su ideología antimperialista, puede ser un socio fiable y beneficioso para Moscú.

De esa forma, ahora, China y Rusia están desplazando a EEUU en esa región, hecho que supone un peligro económico y estratégico para Washington a largo plazo.

Conclusión

Si bien a corto plazo las sanciones y las medidas contra Rusia pueden afectarle, a largo plazo, tal estrategia podría dañar y afectar a EE.UU. y Europa. Si buscamos en la historia, encontramos varios ejemplos que nos pueden guiar hacia esa conclusión. Durante la Guerra Fría, debido a las enormes presiones norteamericanas contra Cuba, que se encuentra a pocos kilómetros de EEUU, La habana se incorporó al Bloque del Este, liderado por la Unión Soviética, provocando que Washington no solo perdiera su influencia en la isla, sino que allanó el camino de su serio y única rival, la Unión Soviética, en su llamado “Patio Trasero”.

Lo mismo podría estar sucediendo ahora; Occidente está presionando a Moscú y eso ha motivado cambios en la política exterior del Kremlin, que se ha orientado hacia nuevos mercados en América Latina y el Este de Asia. Una medida que disminuye la dependencia de la economía rusa de Europa y de EE.UU. y, de esa forma, abre el camino para una mayor maniobra política de Rusia en la arena internacional.

Rasoul Goudarzi
Rasoul Goudarzi Periodista y analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Azad de Irán. Especialista en temas principalmente de Oriente Medio e Irán. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales.

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