"Del 18 al 23 de diciembre las Fuerzas Aeroespaciales rusas realizaron en Siria 302 vuelos de combate y bombardearon 1.093 objetivos", ha anunciado este miércoles el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el coronel general Igor Konashenkov.
El vocero ha precisado que los objetivos bombardeados se encuentran en las provincias sirias de Idlib (noroeste), Alepo (norte), Deir al-Zur (este), Hama (noroeste) y Homs (centro). En esta última, un caza Su-24 logró bombardear material bélico de los terroristas y destruir sus vehículos armados con ametralladoras pesadas, además de tres camiones.
Del 18 al 23 de diciembre las Fuerzas Aeroespaciales rusas realizaron en Siria 302 vuelos de combate y bombardearon 1.093 objetivos", comunica el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el general Igor Konashenkov.
En Idlib, un caza Su-34 destruyó un gran campo de entrenamiento, en el que había "numerosos instructores llegados de países cercanos", según ha precisado Konashenkov, quién además ha indicado que obtuvieron la información sobre el campo de "la oposición patriótica siria".
Sobre el campo destruido, el general ha destacado que "una parte considerable de los terroristas, que llegaron a través de Turquía", eran ciudadanos de países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que engloba a 11 países de la antigua Unión Soviética.
En otra parte de sus declaraciones, ha reiterado el rechazo de Moscú a afirmaciones propagadas por algunos medios de comunicación sobre un supuesto uso por Rusia de bombas de racimo, y ha añadido que ni siquiera hay material de ese tipo en la base aérea de Hmeimim, en la provincia noroccidental siria de Latakia, donde se encuentran los cazas rusos.
Konashenkov ha aprovechado para denunciar el "sumamente bajo" nivel de coordinación existente entre la aviación rusa y la llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe), liderada por Estados Unidos en Siria e Irak contra los terroristas. Todo esto, a pesar de los llamamientos de Rusia a aumentar el trabajo conjunto.
Estos ataques se inscriben en las operaciones iniciadas por Rusia el pasado 30 de septiembre contra posiciones de los grupos terroristas, atendiendo a una solicitud del presidente sirio, Bashar al-Asad.
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