Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) cedieron a las presiones del Gobierno federal y del Distrito Federal. Desde que llegaron a la capital mexicana estuvieron fuertemente custodiados por granaderos y policías.
Para este 14 de junio habían anunciado una megamarcha, pero cientos de uniformados y equipo pesado acabaron por disuadirlos de cualquier movilización masiva.
La anunciada megamarcha se convirtió en un mini-mitin frente a un emblemático monumento que fue rodeado por la policía capitalina para impedir que entraran al Centro Histórico de la Ciudad de México. Desde un templete, dieron a conocer su posición y la represión gubernamental.
La disidencia magisterial instaló un campamento en otra plaza pública que poco a poco han abandonado. La policía no dejó que se expendiera hacia banquetas y calles. Pero los maestros dicen que no se darán por vencidos y seguirán con su rechazo contra la reforma educativa.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto sostiene que la reforma educativa está en pie. Habrá evaluación de maestros y los que no asistan a clases podrían perder su trabajo.
El movimiento contra la reforma educativa que sostiene la CNTE pasa a otra etapa; los maestros disidentes regresan a dar clases en Guerrero y Oaxaca pero incrementarán sus protestas ya que allá tienen la fuerza de su base magisterial disidente.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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