"Los castigos colectivos como la demolición de casas son ilegales y contraproducentes. Cualquier respuesta a la actual situación debe ajustarse a las normas y estándares del derecho internacional", ha dicho este jueves Al-Husein.
Los castigos colectivos como la demolición de casas son ilegales y contraproducentes. Cualquier respuesta a la actual situación debe ajustarse a las normas y estándares del derecho internacional", ha dicho el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Israel ha demolido en Jerusalén, en la última semana, varias viviendas de palestinos involucrados en ataques pasados contra colonos israelíes, así como las de algunos familiares de autores de tales ataques.
Al-Husein ha lamentado el gran número de víctimas causadas por los violentos sucesos recientemente ocurridos, y ha recalcado que el uso de balas reales por el ejército israelí representa un "uso excesivo de la fuerza y la violación de los derechos a la vida y a la seguridad de las personas", y que ha provocado la muerte de muchos palestinos en el pasado, a pesar de que el ejército israelíes alega que las armas que usan son “menos letales”.
Desde hace tres semanas, con la escalada de violencia en las ocupadas Al-Quds (Jerusalén) y Cisjordania entre colonos y soldados israelíes que atacan a fieles palestinos en la Mezquita al-Aqsa, 1289 palestinos han resultado heridos, de los que según el ACNUDH, 134 fueron heridos por munición real en enfrentamientos con las fuerzas de ocupación.
Esta escalada de tensiones, ha resaltado Zeid, "indica un sentimiento general de frustración y desesperanza que aumenta por la prolongada situación de ocupación". La decisión del régimen israelí de restringir el acceso de los palestinos a sus lugares sagrados, en particular a la Mezquita Al-Aqsa, en el casco antiguo de Jerusalén, no hace más que agravar la situación, ha agregado.
La expansión de los asentamientos de los colonos judíos en territorio palestino y la violencia con la que actúan algunos de estos son otros de los factores que avivan estos acontecimientos, ha subrayado el alto comisionado.
La orden de demolición de las viviendas palestinas fue dada el lunes por el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, quien prometió reprimir con mano de hierro tanto las marchas palestinas de denuncia de la política racista de Tel Aviv en las ocupadas Cisjordania y Al-Quds, como a los palestinos que ataquen a los colonos israelíes.
El martes pasado, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, condenó la violencia desenfrenada de las fuerzas israelíes y advirtió de que la destrucción de viviendas palestinas o la edificación de nuevos asentamientos ilegales para colonos israelíes en las tierras ocupadas no hará sino agravar las actuales tensiones.
snr/mla/rba