La reunión de 6 legisladores estadounidenses con el Mossad había sido solicitada para el 19 de enero por el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Robert Corker.
La oficina de Netanyahu canceló el encuentro, y Corker tuvo que amenazar con acortar su viaje a Palestina ocupada para que finalmente se llevase a cabo, según un informe de la revista neoyorquina Time. Fue también necesaria, según el informe, la intervención del representante israelí en Estados Unidos, Ronald Dermer.
En enero, los senadores estadounidenses Mark Kirk y Robert Menéndez hicieron una propuesta de ley para desencadenar automáticamente nuevas sanciones contra Irán, en caso de que fracase el actual proceso de diálogo entre Teherán y el Grupo 5+1.
En la reunión, finalmente, el servicio de inteligencia advirtió a los congresistas estadounidenses —el propio Corker, John McCain, Lindsey Graham, John Barrasso, Timothy Kaine, Joseph Donnelly y Angus King— de que la aprobación de la propuesta podría echar por tierra las conversaciones.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha anunciado que vetará la ley Kirk-Menéndez, en caso de que la aprueben las dos Cámaras del Congreso, ambas de mayoría republicana.
Hoy domingo está prevista una nueva ronda de diálogos en Lausana (Suiza) entre el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
El plazo marcado el pasado mes de noviembre para alcanzar un acuerdo integral es el próximo 30 de junio.
En febrero, la cadena catarí Al-Jazeera hizo público que hace tres años, poco después de que Netanyahu acudiera a la Asamblea General de Naciones Unidas para acusar a Irán con un dibujo de una bomba, el Mossad escribió en un telegrama a África del Sur que Irán no estaba realizando ninguna actividad de las necesarias para producir armas nucleares.
La reunión entre los congresistas estadounidenses y los espías israelíes tuvo lugar en las semanas previas a una polémica intervención de Netanyahu ante ambas Cámaras del Congreso estadounidense para instigar a los legisladores contra Irán, poco antes de presentarse a su reelección como primer ministro, previstas para pasado mañana martes.
Netanyahu lanza tales acusaciones en contra del programa de energía nuclear iraní, al mismo tiempo que se sabe a ciencia cierta que su propio régimen cuenta con más de 200 ojivas nucleares y se niega a adherirse al Tratado de No Proliferación (TNP), además de que tampoco permite inspecciones a sus instalaciones nucleares.
Irán, por su parte, asegura que como signatario comprometido con el TNP y miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), tiene derecho a utilizar la tecnología nuclear con fines pacíficos.
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