El violento ataque, que dejó también cinco heridos de gravedad, ocurrió la madrugada del martes, cuando un convoy de policías realizaba un operativo de vigilancia en el municipio de Apatzingán, considerado uno de los principales bastiones del cártel de Los Caballeros Templarios.
Según las primeras investigaciones, horas después del tiroteo, los atacantes regresaron al lugar de los hechos para incendiar dos patrullas y una camioneta, por lo que se encontraron calcinados los cuerpos de las personas baleadas en el asalto.

Los asaltantes, que utilizaron rifles de asalto tipo AK-47 y AR-15 y lanzagranadas calibre 40, aprovecharon la oscuridad para huir del lugar, pero soldados y policías federales desplegaron un dispositivo para tratar de ubicarlos.
ncl/ktg/nal