La decisión se produce tras pedir el Gobierno estadounidense a Tokyo que aumente el presupuesto que dedica a las bases militares de Washington en territorio nipón.
Estados Unidos justificó su petición señalando al aumento de las tensiones en el mar de la China Meridional.
El Ejército estadounidense mantiene desplegados en el territorio japones a más de 30.000 de sus militares.
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