Éramos como doce personas, y al acercarnos a la calle Rue des Boulets pasamos al lado de unos 50 miembros de la Liga de Defensa Judía y del Betar", atestigua un militante francés.
“Éramos como doce personas, y al acercarnos a la calle Rue des Boulets pasamos al lado de unos 50 miembros de la LDJ (Liga de Defensa Judía) y del Betar”, atestigua a la página The Electronic Intifada un militante francés de 28 años, de nombre Michael, del Colectivo Antifascista París Extrarradio (CAPAB, por su acrónimo en francés).
El encuentro tuvo lugar en el bulevar Voltaire, en el centro de la capital francesa, el viernes 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, hacia las 15H00, hora local.
Muchos de los miembros de las dos bandas sionistas violentas iban enmascarados y algunos llevaban palos, describe el joven antifascista, cuyo apellido es omitido por motivos de seguridad, pero que el medio presenta como buen conocedor de los movimientos sociales locales.
Al pasar, esa gente empezó a escupirnos y a insultarnos. Golpearon a una de las mujeres que llevaba un pañuelo palestino."
“Al pasar, esa gente empezó a escupirnos y a insultarnos”, relata Michael, y prosigue diciendo que “golpearon a una de las mujeres que llevaba un pañuelo palestino” y que esto dio lugar a insultos y puñetazos entre los antifascistas y los vándalos sionistas, provocando la intervención de las fuerzas del orden.
“La Policía nos empujó fuera de la zona, pero dejaron a los de la LDJ quedarse en torno al metro Rue des Boulets, con máscaras y palos, permitiéndoles que ocuparan el área e hicieran lo que quisieran”, concluye el antifascista francés.
La Policía nos sacó de la zona, pero dejaron a los de la LDJ quedarse en torno al metro Rue des Boulets con máscaras y palos, permitiéndoles que ocuparan el área e hicieran lo que quisieran."
El altercado fue presentado al día siguiente por distintos medios de comunicación israelíes, y por otros relacionados, como una agresión a “dos jóvenes judíos” por “40 escorias” —sin aportar ninguna fotografía de prueba, ni los nombres de los supuestos agredidos—.
A los presuntos agresores los vincularon con el movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra el régimen israelí y al colectivo propalestino Gaza Firm, del que Michael dice no haber visto a nadie el 1 de mayo.
El auge creciente de este movimiento ha dado pie a una reacción israelí en las últimas semanas que incluye la difamación en medios de comunicación e incluso medidas legislativas con impacto sobre la política exterior de Washington.
La Liga de Defensa Judía se fundó en 1968 por el rabino racista Meir Kahane en Nueva York, noreste de EE.UU., y la Oficina Federal de Inteligencia (FBI, en inglés) la ha clasificado como organización terrorista.
Kahane se trasladó posteriormente a la Palestina ocupada y fundó allí el partido ultraderechista Kach, prohibido en 1994, tras declarar públicamente su apoyo a la matanza cometida en Al-Jalil (Hebrón) por el terrorista —también neoyorquino— Baruch Goldstein.
En 2004, un documental de la cadena televisiva France 2 reveló que la LDJ, para entrenarse en artes marciales, usaba un edificio oficial custodiado por la Policía, y el año pasado, la banda recibió declaraciones públicas de apoyo del primer ministro francés, Manuel Valls, y de la dirigente nacionalista Marine Le Pen.
El movimiento Alianza Yosef Trumpeldor (BETAR, por su acrónimo en hebreo), fundado en 1929 en Letonia por el judío ruso sionista Zeev Jabotinski, se destacó por sus agresiones terroristas en Palestina durante la ocupación colonial británica anterior a 1948.
Las acusaciones de “antisemitismo” y las denuncias de falsas agresiones a judíos son una estrategia habitual de los círculos sionistas para acallar a quienes se oponen al régimen israelí y a sus redes de influencia.
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