“Estando bajo custodia policial, pese a no haber cometido ningún crimen (…), sufrió una terrible fractura en la espina dorsal, a la altura del cuello”.
“Estando bajo custodia policial, pese a no haber cometido ningún crimen (…), sufrió una terrible fractura en la espina dorsal, a la altura del cuello”, denunció William Murphy Jr., abogado de la familia de la víctima.
La Policía de Estados Unidos carecía de motivos para el señalado arresto, excepto que Freddie Gray, de 25 años de edad, era un hombre negro que estaba corriendo, de acuerdo con el defensor.
El incidente, ocurrido en la ciudad oriental de Baltimore (del estado de Maryland), se produce después de una serie de asesinatos de afroamericanos a manos de la xenófoba Policía norteamericana y que han causado indignación popular y constantes manifestaciones de protesta.
Los críticos creen que la actitud de los uniformados estadounidenses frente a los afroamericanos demuestra el sesgo racial de estos oficiales y una dependencia excesiva de la fuerza letal cuando se trata de sospechosos, en particular de raza negra o latinos.
Más de cien residentes y activistas de Baltimore se congregaron en la misma jornada frente a la comisaría local, pidiendo más información sobre la muerte de Freddie Gray.
Aun cuando la Policía no ha explicado cómo recibió Gray su herida o por qué fue arrestado en primer lugar, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, asegura que los oficiales están investigando el caso, y promete ofrecer más detalles cuando tenga los resultados de la pesquisa.
Los estadounidenses se manifiestan constantemente contra las agresiones policiales; la última congregación masiva se llevó a cabo el pasado 14 de abril en Nueva York: en las pancartas se leía: “paren los asesinatos policiales”, “las vidas de los negros valen”.
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