El correspondiente acuerdo fue alcanzado como resultado de negociaciones intensas entre representantes de Corea del Norte y Corea del Sur, en las cuales se emitió un comunicado conjunto.
En el documento, Pyongyang expresa que "lamenta" lo ocurrido por las minas terrestres colocadas y Seúl se compromete a poner fin a las emisiones propagandísticas con altavoces.
El anuncio ha sido celebrado tanto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como por Estados Unidos.
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