De acuerdo con el Ejército del país sudamericano, el incidente se produjo el miércoles cuando los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) activaron explosivos al paso de una patrulla y luego empezaron a disparar con fusiles y ametralladoras en el departamento sureño de Caquetá.
Esto tiene lugar pese al llamado de la guerrilla a un cese bilateral del fuego para impulsar el proceso de los diálogos de paz que sigue con el Gobierno.
Se trata del tercer ataque con explosivos contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas en la misma jornada en el departamento de Norte de Santander (norte), después de que el Ejército informara de otros dos ataques contra el mismo que causaron un considerable derrame de crudo en el río de Tibú, que desemboca en El Catatumbo, fronterizo con Venezuela.
Sin embargo, ni las exportaciones ni la producción de petróleo fueron interrumpidas de inmediato en los campos que opera Occidental Petroleum Corp.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas de 780 kilómetros de longitud tiene capacidad para transportar a diario unos 210.000 barriles de crudo que se producen en los campos del departamento nororiental del Arauca, hasta un puerto en el mar Caribe desde donde se exporta.
Ayer, miércoles, el ministro del Interior colombiano, Juan Fernando Cristo, al afirmar que los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC atraviesan un momento “crítico” se mostró preocupado por la reciente actitud de las FARC ya que “en nada contribuyen al éxito de la negociación en La Habana (capital cubana) ”.
Desde que comenzaron los diálogos en Cuba, las partes han alcanzado preacuerdos sobre tres de los cinco puntos que contiene la agenda para firmar la paz, referidos a propiedad de la tierra, participación política y drogas ilícitas.
El pasado 22 de mayo, la guerrilla suspendió el cese al fuego unilateral puesto en vigor el 20 de diciembre de 2014, por el asesinato de 26 guerrilleros en un operativo gubernamental en el departamento del Cauca (suroeste). Entonces anunció que retomaría sus acciones militares.
Desde luego, las fuerzas de Colombia y de las FARC mantienen combates que se han saldado con muertos y heridos de ambas partes. El viernes, los guerrilleros mataron a dos militares colombianos y, el martes, soldados gubernamentales acabaron con la vida de un jefe guerrillero.
Actualmente, los negociadores del Gobierno y las FARC abordan de forma simultánea los dos apartados restantes: reconocimiento y reparación de los casi siete millones de víctimas del conflicto y desmovilización y dejación de armas por parte de los guerrilleros.
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