Los manifestantes han portado pancartas y balones con lemas en defensa de la democracia, Rousseff y de la estatal Petrobras, mientras han llamado a aunar esfuerzos en pro de la mejora de la coyuntura económica.
"Estamos aquí para simbolizar nuestro apoyo a Dilma y nuestra oposición contra los movimientos golpistas que quieren derribarla", ha comentado un abogado presente en la marcha.
Los simpatizantes del Gobierno han aprovechado la ocasión para rechazar el ajuste fiscal impulsado por la mandataria y la corrupción, y reivindicar, entre otros, la mejora del sector económico.
Las movilizaciones fueron convocadas el jueves por la Central Única de Trabajadores (CTU) y movimientos sociales como los Sin Tierra (MST), afines al gobernante Partido de los Trabajadores, y se han desarrolladas hasta el mediodía en más de 13 estados del país brasileño. Se prevén marchas similares en los próximos días.
“Yo estoy a favor de Dilma, de la defensa de la democracia, pero estoy también contra la corrupción, tenemos que defender a Petrobras, es nuestro patrimonio. Nunca se ha visto tanta corrupción como ahora. (Los corruptos) que se vayan todos a la cárcel”, ha manifestado Gerson Tadeu Conti, que se congregó junto a otros cientos de personas frente a la sede de la petrolera en Sao Paulo (sureste).
La marcha oficialista de este viernes llega en vísperas de otras protestas, convocadas por los sectores y partidos opositores que tendrán lugar el domingo, en casi 50 estados, para reclamar la renuncia de la presidenta de la nación.
El gigantesco escándalo de corrupción, que ha salpicado a 49 políticos, en su mayoría oficialistas, provocó grandes problemas a la empresa para absorber fondos en los mercados internacionales y causó que perdiera el 58 % del valor de mercado en los últimos cuatro meses, razón por la que la petrolera redujo al mínimo sus inversiones para los próximos años.
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