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Publicada: domingo, 23 de noviembre de 2014 12:13
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 9:26

Escrito por: Tim King El primer ministro del régimen israelí, Benyamin Netanyahu, ha prometido vengar el ataque mortal del martes a la sinagoga israelí que dejó cuatro rabinos y un policía israelí muerto. Se dice que el atentado fue llevado a cabo por dos primos palestinos y parece que Netanyahu está aprovechando la ira general como una oportunidad política, pidiendo a los israelíes a solidarizarse contra quienes cometieron esta “masacre”. Según la agencia de noticias Maan, los dos primos eran residentes de Al-Quds (Jerusalén) y se llamaban Qasan Abu Yamal y Udai. Netanyahu aprovechó la oportunidad de inmediato; hizo destruir las casas de estos hombres, una actitud que el régimen israelí practica de forma rutinaria contra los palestinos. Hacer que todas las personas que vivían en estas casas, se convirtieran en sin hogares en un abrir y cerrar de ojos, es una clara muestra de lo que tiene el primer ministro israelí en la mente. Más de una docena de palestinos fueron arrestados. A pesar de que solo dos palestinos han sido reconocidos como responsables de este ataque mortal, el líder belicista del régimen de Israel quiere vengarse de toda la población palestina. ¿Son los grupos étnicos y los gobiernos responsables de los actos individuales de sus miembros o ciudadanos? Este no parece el caso. La verdad es que ninguna entidad ha asumido la responsabilidad del ataque a la sinagoga, y el presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abas, ha condenado severamente los asesinatos. Netanyahu, el responsable directo de los ataques a gran escala contra los civiles palestinos: la “Operación Plomo Fundido” del 2008-2009 dirigido inicialmente contra una ceremonia de graduación de una academia de policía, pasó a ser una operación que destruyó decenas de escuelas y hospitales, dejando más de 1400 muertos, y la del “ margen protector” de este año que dejó a 2192 palestinos muertos, entre ellos 519 niños, el 70 % de ellos menores de 12 años, está culpando al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina( HAMAS), y el Gobierno de la Palestina. Las declaraciones de Netanyahu impondrán aún más restricciones a los palestinos que ya están sometidos a innumerables procedimientos de control, el constante acoso y los ataques de las fuerzas militares israelíes. Al mismo tiempo, a los musulmanes y los cristianos palestinos no se les permite conducir en los caminos o vivir en asentamientos asignados “sólo para judíos”. Algunos documentos indican que tres de los rabinos muertos en el ataque del martes a la sinagoga, tenían la doble nacionalidad estadounidense-israelí. Este dato, nos lleva al punto principal de mi artículo: la masacre de la Mezquita de Ibrahim en 1994. Los que se sienten lleno de odio por este último ataque, deben entender que atacar a personas en el interior de los edificios sagrados durante el tiempo del rezo en esta parte del mundo no es nada nuevo, ni ha sido perpetrado especialmente por uno de los dos lados involucradas en este conflicto. La masacre de la Mezquita de Ibrahim, también conocida como la masacre de la Cueva de las Tumbas de los Patriarcas, y la “matanza de Hebrón” fue un asesinato en masa cometido el 25 de febrero de 1994 por un ciudadano estadounidense-israelí llamado Baruch Goldstein, quien abrió fuego sobre los fieles musulmanes reunidos en la mezquita, dejando 29 muertos y 125 heridos. Aunque el exprimer ministro israelí, Isaac Rabin, calificó a Goldstein de un “asesino degenerado” y “una vergüenza para el sionismo y un bochorno para el judaísmo”, los colonos israelíes de línea dura de Al-Jalil (Hebrón) reconocen públicamente al asesino Goldstein como un héroe, y consideran su ataque mortal contra personas desarmadas como un acto de martirio. Por aquel entonces, el pueblo palestino se lanzó a las calles en señal de protesta. Dentro de las primeras 48 horas, las tropas israelíes mataron a 19 palestinos. Nacido y criado en Brooklyn, Nueva York, Baruch Goldstein, según el Southern Poverty Law Center, se unió a un grupo antiárabe radical. Después de mudarse a Palestina ocupada, fue reclutado por el ejército israelí, donde sirvió como médico. La prensa intentó ofrecer pruebas de su posible “locura” informando que como médico, no estaba dispuesto a curar a un árabe si este necesitaba atención médica. Incluso se negó a tratar a los soldados árabes que servían en el ejército. Más tarde, Goldstein se asoció con el rabino Meir Kahane, quien fue asesinado en 1990. Según los informes, Goldstein juró vengarse personalmente el asesinato de Kahane y este probablemente fue el motivo directo de la masacre de la Mezquita de Ibrahim en 1994. A la luz de esta información, parece casi imposible que Goldstein simplemente hubiera caído en un estado de locura. En cambio, él hábilmente y deliberadamente diseñó un plan para asesinar a un gran número de musulmanas en respuesta a la muerte de un solo hombre israelí. Así es, después de todo, cómo las cosas funcionan en la Palestina ocupada. Si muere un ciudadano israelí, decenas de palestinos deben morir a cambio. La etiqueta de terrorista es un traje hecho a medida del régimen israelí, sin embargo, lo que vemos es todo lo contrario; los que no toleran y no apoyan la ocupación ilegal de Palestina son “terroristas”. La mayor parte del mundo rechaza severamente las iracundas tácticas de guerra del régimen israelí, sin embargo, los medios de comunicación occidentales se levantan la voz de protesta sobre este caso mucho más en comparación con los casos de los asesinatos de los palestinos. Ellos son, gracias a Netanyahu, efectivamente deshumanizados cuando llega el turno a las naciones de los países más prósperos del mundo. El reciente ataque contra cuatro rabinos y un oficial de la Policía israelí es una barbaridad, pero es demasiado pronto para siquiera saber exactamente lo que ha ocurrido, y casi imposible tener una imagen clara e imparcial de los atacantes fallecidos o el evento en sí tanto para las prensas tanto israelíes como occidentales. Sin embargo, escuchamos cada vez más referirse a lo ocurrido como “el último acto de violencia”, así como la palabra “terrorista” que sirve para deshumanizar aún más a los presuntos agresores. ymc Tim King, es articulista especializado en acontecimientos políticos y militares en todo el mundo. Ha trabajado durante años como periodista en asuntos relacionados con los Derechos Humanos. En 2006 y 2007 cubría las noticias de la guerra en Afganistán y a partir de 2008, siguió su trabajo en Irak. El exinfante de marina estadounidense, es ahora el editor de noticias para Globalnewscenter.com y ha recibido varios premios de las agencias tradicionales como The Associated Press y Electronic Media Association por sus reportajes, sus fotografías y sus artículos.